domingo, 4 de octubre de 2009

+++***Sólo para ti***+++


Es hora de las confesiones!!!! jajaja... Bueno, en realidad este poema que a continuación leerán, lo compartió conmigo un gran amigo mío, dice que lo que relata el poema, es la situación por la que está viviendo...

Él está pasando por un problema de amor!!!! y al paso que va, no lo superará en un laaaaargo tiempo... y yo, no estoy pasando por ningún problema de amor, pero me gustó para dedicárselo a un chico super especial para mi...

PISTAS:
* Dicen que yo le gusto y a mi no me es indiferente
* Somos amigos, bueno amigos amigos no, pero si nos llevamos bien!!!
* Es de la carrera pero no de la generación
* El amigo que me pasó el poema dice que es feo, pero a mi me gusta!!!! (bien dicen que el gusto se rompe en géneros jajaja)

¿¿¿QUIEREN SABER DE QUIÉN SE TRATA??? No se pierdan el próximo capítulo de esta historia, a la misma hora y por el mismo blog!!!! jajaja

No tengo el nombre del poema (snif snif)... otra cosa, obvio lo adapté para dedicárselo a un hombre, ya que no diría
¿por qué eres tan hermosa? tendría que decir hermosO ¿¿¿no??? jajaja... pero el poema dice así:

Ah, si cada vez que pasas pudiera detenerte y platicar contigo. ¡Verte de cerca, escucharte reír! Quiero aprender tu risa como he aprendido ya tu andar y tu mirada. (El conato de tu mirada, pura aproximación a tus ojos, porque jamás me miras.)

Y pasas, y siento que el aire se estremece, y todo yo, inmóvil, soy deseo y angustia y necesidad de ti.

¿Por qué eres tan hermoso? ¿Te acunaron en versos? ¿Leche de flor bebiste? ¿Quién te modeló sobre mi corazón, quién te tatuó sobre mis ojos?

Apareces en mi vida, de repente, como coronando un ideal, como concretando a todos los hombres que he deseado, y no puedo dejarte ir, ni puedo detenerte. Te llamo, sí, te llamo y no me escuchas. Desde mi corazón te llamo; arrojo mis ojos a tu paso; trato de alcanzarte con mi silencio, inútilmente. Siempre has sido ligero y fugitivo, ajeno e imposible.

Pero no puedes dejar de ser mío en ese instante en que pasas. Te poseo con todos mis anhelos, con todos mis sueños, y basta la fugacidad de tu presencia para hacerte mío de mi carne, propiedad de mi alma, habitante de mi dolor y mi esperanza.

Te quiero. Pero te quiero y te deseo; y eres inquietud, dolor, angustia; y muero y nazco todos los días para verte pasar. Y siempre eres el mismo, espejismo para mi corazón, distancia y lejanía para mi sed de ti.

No sé hasta dónde me lleve este camino, este difícil camino de tu espera. No sé hasta dónde te persiga mi sangre, hasta dónde se prolongue tu encuentro. Si yo pudiera rogar, te rogaría; si supiera pedir te pediría; te diría que pronto, que vinieses a mí ahora mismo, que te necesito, que esto es urgente, imprescindible. Pero me he acostumbrado a aguardarte en silencio, deseándote, deseándote nomás; y allí en el fondo de mi alma te espero, íntimamente confío en ti, creo en ti –porque creo en mi amor, porque sé que no hay amor baldío–, y estoy como si esperara madurar una fruta, como si esperara que cayese un beso, como si esperara florecer un sueño.

Porque te quiero, amor, porque te quiero, amor. Porque eres distinto a todos los hombres, en tu cuerpo, en tu andar, en lo que eres para mis ojos, en lo que sugieres a mi corazón. Quisiera estar junto a ti, para decir sobre tu oído: te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, y repetirlo constantemente, infinitamente, hasta que te cansaras tú de oírlo pero no yo de pronunciarlo. ¿Cómo marcártelo en un brazo? ¿Cómo sellártelo en la frente? ¿Cómo grabártelo en el corazón?

Escúchalo otra vez: te quiero. Y déjame soñar contigo indefinidamente… ¡Si supieras cómo ya eres mío hasta mi muerte!

Te esperaré mañana. Siempre te estaré esperando…




No hay comentarios:

Publicar un comentario